domingo, 2 de noviembre de 2014

Quien juega con fuego se acaba quemando.

Era una tarde como otra cualquiera de verano,cuando mi amiga Eva y yo  nos encontramos un bote de laca.Como estábamos aburridas empezamos a pintar con el bote , y cuando nos cansamos , decidimos esconderlo para poder seguir usándolo otro día. Y el sitio para ocultarlo fue un cuadro de la luz que estaba abierto.
Cuando acercamos el bote al cuadro de la luz , solo vimos como el bote rebentó y una gran llama de fuego venia hacia nosotras.Cuando pudimos reaccionar , nos fuimos inmediatamente a nuestras casas ya que teníamos quemaduras.Nuestras madres alarmadas no dudaron en llevarnos de inmediato al hospital.
Las quemaduras se empezaban a notar , la piel poco a poco estaba mas enrojecida , lo que significaba que habíamos sufrido múltiples quemaduras aun que en caliente no dolieran.Nos curaron y nos vendaron todas las partes que sufrían quemaduras , en mi caso , tenía vendadas las dos piernas y el brazo derecho.
Después de todo aquello , la piel se fue mudando y tuvimos que seguir varias semanas con las curas.Cuando por fin las heridas se curaron , teníamos totalmente prohibido tomar el sol, ya que podrían quedar marcas.Y aun así quedaron marcas.
Ahora cuando lo recordamos , nos hace gracia y nos reímos de lo tontas que fuimos y de como no se nos ocurrió que aquello podría explotar.
Pero todo esto nos sirvió para darnos cuenta de que quien juega con fuego se acaba quemando.